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Maite Atxukarro, auxiliar de enfermería, se jubila tras 50 años en Asuncion Klinika

50 años son toda una vida. Y eso precisamente, toda una vida, es lo que Maite Atxukarro, auxiliar de enfermería, ha dedicado a esta casa que, como ella misma dice "ha sido mi vida y me siento muy afortunada de que lo haya sido".

Comenzó siendo una niña, con 15 años, como tantas otras, en el servicio de Limpieza pero pronto pasó a ser auxiliar de clínica. "La formación nos la hicieron los propios médicos de la clínica. Entonces podía hacerse así", nos explica mientras sonríe, recordando aquellos tiempos.


Su primer destino fue lo que en aquel entonces se llamaba Sala de Quemados, con una monja, Sor Inés, como compañera de trabajo. "Al principio impresionaba tratar con pacientes, pero me fui haciendo poco a poco", nos cuenta. Después llegaron los años en el servicio de Pediatría, donde "todo eran alegrías. Fue una época muy bonita en la que disfruté mucho", asegura.


No fue hasta el año 1992 cuando recaló en lo que acabaría siendo el servicio que más le ha marcado, la planta de hospitalización de Medicina Interna. "Somos como una familia, nos apoyamos y nos cuidamos las unas a las otras", explica emocionada al mentar a sus compañeras a quienes se lleva en el "corazón". "Me llevo la amistad de toda la gente, todo lo que he aprendido y el cariño que nos tenemos en toda la casa, pero especialmente el de mis compañeras de la planta", concluye sonriendo, con la boca sí, pero, sobre todo, con los ojos.




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